martes, 6 de noviembre de 2012

PENFIELD Y LA CORTEZA MOTORA


Wilder Graves Penfield fue un neurocirujano canadiense que contribuyó con importantes avances en el estudio del tejido nervioso, de las enfermedades neurológicas, especialmente la epilepsia, y la técnica en la neurocirugía.

Anatomía de la corteza motora
La corteza motora está situada en el lóbulo frontal, delante de la cisura de Rolando. Puede dividirse en cuatro partes principales:
  • La corteza motora primaria (o M1), responsable de la generación de los impulsos neuronales que controlan la ejecución del movimiento.
  • La corteza motora secundaria, que incluye:
    • La corteza parietal posterior, encargada de transformar la información visual en instrucciones motoras.
    • La corteza premotora, encargada de guiar los movimientos y el control de los músculos proximales y del tronco corporal.
    • El área motora suplementaria (o AMS), encargada de la planificación y coordinación de movimientos complejos, como por ejemplo, aquellos que requieren el uso de ambas manos.
Las células de la corteza motora tienen una doble estructuración. Horizontalmente, están organizadas en seis capas. Verticalmente, conforman columnas que estimulan la activación de determinados músculos o grupos musculares sinérgicos. Existen otras regiones cerebrales fuera de la corteza que son de gran importancia para la función motora. En este sentido, es destacable el papel del cerebelo y de los núcleos motores subcorticales.

Primeros estudios
En el siglo XIX, Eduard Hitzig y Gustav Fritsch demostraron que la estimulación eléctrica de ciertas partes del cerebro podían provocar una contracción muscular en la parte opuesta del cuerpo.
En 1949, el neurocirujano canadiense Wilder Penfield desarrolló un procedimiento quirúrgico para suavizar los síntomas de la epilepsia. Su procedimiento inicial consistió en estimular eléctricamente diversas partes de la superficie de la corteza cerebral del paciente para encontrar el área responsable de la patología. Durante sus investigaciones, descubrió que la estimulación del área 4 de Brodmann provocaba una rápida contracción de determinados músculos. Además, parecía existir un "mapa motor" de la superficie del cuerpo a lo largo de la circunvolución del área 4. Hoy día, esta área se conoce como corteza motora primaria. A partir de este descubrimiento, halló que la estimulación de las regiones que se encuentran frente a esta corteza motora primaria o M1 provocaban movimientos más complejos. No obstante, se requería una mayor corriente eléctrica para poner en marcha movimientos desde estas áreas. Estas zonas corticales premotoras se localizan en el área 6 de Brodman.

Perspectiva actual
Actualmente, y como se ha dicho, las áreas motoras corticales se suelen dividir en tres regiones con dos papeles diferenciados:
  1. Corteza motora primaria (M1).
  2. Área pre-motora (APM).
  3. Área motora suplementaria (AMS).
Los experimentos de Penfield han dejado una imagen bastante evidente del funcionamiento de estas áreas: El propósito de M1 es conectar el cerebro con las neuronas motoras inferiores a través de la médula espinal para informal de cuáles son los músculos concretos que deben contraerse. Estas neuronas motoras superiores se encuentran en la capa 5 de la corteza motora, y contiene algunas de las células más grandes del cerebro (el cuerpo de las células de Betz puede superar los 100 micrómetros de diámetro. En comparación, los bastones, un tipo de célula fotorreceptora, suelen tener un diámetro de 3 micrómetros). Los axones descendientes desde estas células de la capa V forman el tracto córtico-espinal o piramidal. Aunque los primeros estudios señalaban la posibilidad de que la organización de la corteza motora estuviera basada en columnas que controlaban de manera individual cada uno de los músculos, se ha podido concretar más recientemente que desde la capa V se establecen sinapsis con muchas neuronas motoras inferiores que inervan diferentes músculos. Estos datos indican que las neuronas de la corteza motora primaria no forman conexiones simples con las neuronas motoras inferiores. La actividad de una misma neurona M1 puede provocar contracciones en más de un músculo; esto sugiere que el papel de la corteza motora primaria no se limita a codificar el grado de contracción de determinados músculos individuales.
Figura 2. La relación del lóbulo temporal con el resto del cerebro.


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